Ensayo geográfico ante el panorama migratorio entre México y los Estados Unidos de América

Migración, fronteras, políticas de desarrollo y relaciones internacionales

Ensayo geográfico ante el panorama migratorio entre México y los Estados Unidos de América

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Ante el nuevo esquema político internacional que ha instaurado el Gobierno de los Estados Unidos de América, principalmente con México, se vislumbra un panorama de rupturas políticas, económicas, sociales, y demográficas que acarrearán una serie de trastornos que serán transcendentales para ambos países.

Históricamente, los Estados Unidos de América (EUA) ha sido un país que ha funcionado como un polo de atracción no únicamente para México, sino para varios países del orbe. El repunte económico que tuvo los EUA principalmente después de la Segunda Guerra Mundial y a pesar de la recesión económica en la década de los cuarenta, no fue impedimento para aquellas personas de distintos orígenes que buscaban el sueño americano, vinculado con el confort, con la búsqueda y el acceso a ciertos estándares de vida que no podían proporcionarles sus países de origen. Efectivamente, en los EUA, desde la década de los cuarenta, el estándar de vida de su población era de los más elevados del mundo; se relacionaba con innovaciones tecnológicas vinculadas con enceres domésticos, como la televisión, la radio, el refrigerador, la estufa, entre otros. A lo largo de los años, este avance y mejora sustantiva del nivel de vida de la población norteamericana provocó un efecto de atracción a nivel mundial. Tuvo un efecto sensible principalmente en México, por ser país vecino. Sin embargo, contrario al avance significativo que mostraba la economía Estadounidense, México experimentaba un deterioro paulatino en el poder adquisitivo de la población y de su economía. A pesar que México mostraba signos de progreso, principalmente en la población urbana, otros sectores poblacionales, sobre todo el rural, quedaban marginados y rezagados del desarrollo nacional. El deterioro del ingreso en amplios sectores poblacionales en México determinó dos fenómenos: la migración del campo a la ciudad y la migración hacia los EUA. El crecimiento demográfico en México desde la década de los setentas, el crecimiento y concentración urbana en tres ciudades: Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey provocaron que la distribución del ingreso se concentrara principalmente en estas ciudades. Principalmente en la Ciudad de México y Monterrey se instauraron centros industriales de altos hornos, petroquímica, textiles, farmacéutica, automotriz, entre otras, aunado a un creciente desarrollo de servicios, principalmente comerciales y gubernamentales. Se generaron polos de desarrollo y de concentración económica en estas tres ciudades. Sin embargo, paralelamente al efecto polarizador, se empezaba a mostrar un rechazo a ciertos sectores poblacionales, sobre todo aquellos que no podían incorporarse a los trabajos especializados y mejor remunerados. Un amplio sector poblacional se ocupaba de trabajos temporales y mal remunerados, por ejemplo la albañilería, trabajos domésticos. Otro sector poblacional que se asentó en aquellas ciudades quedó marginado y ubicado en barrios pobres y con alto índice de hacinamiento. Otro sector decidió migrar hacia los EUA. Varias regiones y entidades federativas de México formaron parte del movimiento migratorio hacia los EUA. El crecimiento poblacional que experimentó México en las décadas de los setentas y los ochentas se concibió dentro de los índices más altos de natalidad a nivel mundial. En esas épocas también imperó una decadencia en los sistemas nacionales de planeación del desarrollo. Hubo la necesidad de implementar políticas y programas de control de natalidad. México experimentó un crecimiento demográfico sin precedente; se detonaron políticas públicas para el control y crecimiento de las ciudades, sin embargo, poco efecto se percibió en la planeación urbana y rural. Aunado a lo anterior, las políticas agrarias en México determinaron paulatinamente el abandono del campo y la migración del campo a la ciudad. Este fenómeno migratorio irrumpió de manera constante a lo largo de los años en las principales ciudades de México, sobre todo en la Ciudad de México. Durante este proceso migratorio del campo a la ciudad, y a lo largo de los años y en la actualidad se distingue un desarrollo urbano desbordado y desorganizado. Lo anterior, se percibe ahora en lo que antiguamente eran ciudades medias, actualmente son urbes de gran crecimiento urbano y demográfico como los son Puebla, Querétaro, Toluca, León y Morelia, entre otras. En el entorno rural la crisis agraria se agudizó de tal manera que un núcleo poblacional al no encontrar garantizada su supervivencia a través del campo y sin oportunidades de empleo en las grandes urbes, se vio posibilitada a migrar hacia los EUA.

En los términos de la disciplina geográfica y principalmente en la rama de la organización del territorio, se analiza consiguientemente los componentes poblacionales relacionados con la migración. Una de las pautas que es motivo de análisis en el fenómeno migratorio lo constituye el crecimiento económico y demográfico desigual que ha experimentado México a lo largo de su historia económica y social. Asociado con este desarrollo desigual cobra importancia los esquemas o los patrones de cómo la población se ha distribuido en el territorio. Al respecto puede identificarse un factor determinante que históricamente contribuyó a que la población de México se asentará sobre todo en lugares donde había confort climático y la presencia de agua, como lo fue la antigua Tenochtitlán, lugar que

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ocupa actualmente la gran Ciudad de México. Como ya se mencionó anteriormente, la Ciudad de México concentra la principal fuerza económica y demográfica de México, a la par que determina un flujo constante de población proveniente de diversas regiones y entidades federativas. El proceso de polarización que producen las grandes ciudades trae consigo un fenómeno de aglomeración humana, de concentración de actividades secundarias y de servicios; se determinan flujos comerciales de transporte de materias primas y

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de otros productos. Este fenómeno polarizador también se traduce en un fenómeno de repulsión y de rechazo poblacional que ocasionan movimientos migratorios en un gran número de habitantes. En la mayoría de las veces se han traducido en movimientos migratorios definitivos que obedecen a una decisión fundamental y trascendental en la vida de las personas a fin de buscar mejores condiciones de ingreso y de confort en otro lugar. Sobre este factor irrumpen las políticas migratorias de los EUA sobre la población migrante, no únicamente mexicana. Se presentan todo tipo de movimientos migratorios. Existe cierto núcleo poblacional que realiza la denominada migración punta que se refiere al desplazamiento concebido para la búsqueda de trabajo de corta duración, por ejemplo para la recolección de cosechas. Son los recolectores que viajan a las regiones agrícolas de los EUA. O

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también las migraciones estacionales que son de mayor duración; implican una estancia que puede durar varios meses; la gran mayoría de estos trabajadores provienen de regiones donde se presenta la temporada agrícola improductiva que la aprovechan para obtener otra fuente adicional de ingreso. Los movimientos migratorios implican un proceso de asimilación por parte del emigrante en una nueva comunidad la cual tendrá que integrarse. Con la política anti inmigrante y discriminatoria que el Gobierno de los EUA ha promovido, este proceso de asimilación se ha tornado por demás tortuoso, lleno de dificultades y riesgos para aquellos que han tomado la decisión de migrar o que ya radican en el vecino país del norte. El éxodo poblacional de una región a otra se le denomina ̈región de partida ̈; puede ser de la ciudad o del campo; es más común el éxodo rural; los efectos de este éxodo tienen consecuencias graves para el territorio que dejan: rompimientos sociales, culturales y familiares, disminución de la población agrícola, pérdida productiva del campo, abandono de las aldeas agrícolas, pérdida de la rentabilidad de las tierras. Las  ̈regiones receptoras ̈ como es el caso de una multitud de lugares de los EUA: ciudades y suburbios, centros industriales, regiones agrícolas altamente especializadas.

Aproximadamente, hace tres años IMG realizó un recorrido por la frontera de México- EUA en la línea fronteriza de Tijuana, BC. Una cruda realidad se percibe en esta esquina de México. Presenciar los kilómetros y kilómetros del muro fronterizo que pusieron los estadounidenses no deja de producir una furia y tristeza para la realidad de la población que ve truncado su sueño y su expectativa de conseguir trabajo del otro lado. Una frustración y rabia ver el muro como se extiende desde el Océano Pacífico y se compenetra en

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la parte continental a través de una serie de vallas de concreto y de metal, surcando terrenos un tanto cuanto accidentados. A pesar de

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estos muros, la gente que migra los atraviesa!!! con demasiados riesgos y peligros. En el Puente de San Isidro, uno de los pasos fronterizos con mayor flujo de personas en el mundo, se percibe ese ambiente de desconfianza propia de la frontera México-EUA. Es una

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desconfianza mutua. Los estadounidenses recrudeciendo el control migratorio. El Gobierno de México impávido y poco reactivo. Habrá que esperar la capacidad de respuesta. En tanto, los migrantes ilegales que son deportados y regresados a México coexisten en condiciones precarias; asentados en barracas en las márgenes del río Tijuana, ni quién se acuerde de ellos o les hagan caso. Es una dsc01286

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situación amarga y terrible para la realidad mexicana. Abajo del puente que cruza el río Tijuana, varios deportados piden ayuda monetaria; pocos son los que se detienen y les arrojan algunas monedas. Resistan!!! creo que no están solos, realmente ellos necesitan ayuda!!!

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Línea fronteriza entre México y EUA